Los beneficios de la generación de calor y energía en las empresas alimentarias
La sostenibilidad nunca ha sido mayor que ahora en la agenda de las empresas alimentarias y de bebidas. No sólo funcionar desde un punto de vista ético y medioambiental tiene sentido, tanto para el planta como para nuestro bolsillo, sino que también es algo que el consumidor demanda. Las investigaciones de Globescan revelaron que el 92% de los compradores piensa que las empresas alimentarias deberían concentrar sus esfuerzos en asegurar la sostenibilidad futura de los alimentos, y dos tercios creen además que los agricultores deberían recibir más dinero por sus productos. Entonces, ¿qué más podrían hacer los productores de alimentos del Reino Unido para aumentar sus credenciales de sostenibilidad?
Aprovechar al máximo los residuos
En los últimos años, algunas de las empresas alimentarias más avanzadas del país han desarrollado un enfoque verdaderamente circular para el uso de los recursos. Además de minimizar el volumen de residuos que generan, también están convirtiendo el porcentaje inevitable que se genera en energía renovable, para su consumo dentro de sus instalaciones. La digestión anaeróbica (o AD) -en la cual la materia orgánica se descompone naturalmente para generar energía y biofertilizante- ha dado grandes pasos en el Reino Unido durante los últimos siete años, con más de 540 plantas de AD ahora en funcionamiento.
Mientras que la gran mayoría de las instalaciones de AD del país tratan lodos de depuradora, insumos agrícolas o desechos comerciales y municipales de alimentos, casi 40 instalaciones son plantas industriales. En conjunto, éstas generan más de 50 MWe-e a partir de una variedad de residuos del proceso, que van desde peelings vegetales y pulpa de remolacha azucarera hasta residuos líquidos de malta y whisky. Los beneficios para las empresas que operan estas plantas son múltiples: reducción de los costes asociados a la eliminación de desechos, costes energéticos reducidos, la seguridad del suministro de energía, con una menor dependencia de la energía derivada de los combustibles fósiles, mitigación del carbono lanzado a la atmósfera y la obtención de biofertilizantes ricos en nutrientes. Y el hecho de que estas plantas tienen un consumo in situ por la energía que producen, significa que están exentas de la crisis actual en los incentivos de energía renovable que está afectando a las plantas que exportan energía a la red.
El consumo de calor
Sin embargo, cualquier instalación AD que quiera maximizar sus rendimientos, también necesita hacer uso de su potencia total de calor. El proceso AD genera calor excedente, más comúnmente, el calor producido por la combustión de biogás en una unidad combinada de calor y electricidad (CHP), pero también a través de precalentamiento de digestato, pasteurización, biogás y biometano. Asegurarse de que este calor se utiliza, ya sea dentro del propio proceso AD o dentro de otras operaciones en la instalación, puede marcar la diferencia para que la planta sea eficiente y, por lo tanto, más rentable.
Mediante el uso de intercambiadores de calor dentro de una planta AD, el calor excedente puede ser tomado de un proceso o lugar y transferido a otro. Ejemplos cotidianos comunes incluyen radiadores domésticos (que transfieren el calor de una caldera a una habitación) y radiadores de automóviles (que alejan el calor del motor). Dos de los tipos más comunes suministrados a las plantas AD por los intercambiadores de calor HRS son los intercambiadores de calor de placas y los intercambiadores de calor tubulares. Sin embargo, hay muchos modelos diferentes y es aconsejable consultar a un especialista que pueda explicarnos los beneficios de los diferentes tipos y ofrecernos soluciones alternativas.
Usos potenciales del calor en una planta AD
Cuando se trata de aprovechar todo el calor, hay una serie de procesos dentro de la planta AD que son aptos para ello: precalentamiento de la materia prima, para la pasteurización, para reducir el volumen de digestato o para transformar el biogás a biometano. Para plantas instaladas en una industria alimentaria, también puede utilizarse para calentamiento, cocción, calentamiento de líquidos o pasteurización y esterilización de productos alimenticios. En muchos casos, se pueden instalar sistemas de calefacción para edificios administrativos.
A medida que aumente la demanda de recursos, habrá una mayor necesidad por parte de las empresas alimentarias de demostrar la sostenibilidad en todas sus áreas de negocio. La instalación AD, donde se utiliza plenamente tanto el calor como la energía generada por los materiales de desecho, ofrece una solución ideal a este reto.