¿Por qué adquirir ingeniería “estándar” cuando puede conseguirla hecha a medida?
No hay dos procesos industriales o líneas de producción iguales. Las empresas y sus ingenieros invierten enormes cantidades de tiempo y dinero en desarrollar la forma más eficiente y práctica de lograr sus objetivos. Por lo tanto, la instalación de equipos listos para usar en un proceso personalizado puede ser contraproducente: el diseño a medida es una opción más rentable.
De la misma manera que un traje a medida de Savile Row sienta mejor que uno de talla estándar, un intercambiador de calor diseñado específicamente para adaptarse a su proceso productivo tendrá un mejor rendimiento que un intercambiador con parámetros pre-determinados. En el peor de los casos, un intercambiador de calor que se haya desarrollado para un tipo de aplicación, como enfriar productos alimenticios, sería completamente inadecuado para otro proceso, como evaporar los lodos de depuración.
Desafortunadamente, la experiencia de nuestro personal de ingeniería nos indica que esto sucede frecuentemente. Por ejemplo, un intercambiador de calor multitubular para la pasteurización de salsas finas, como caldos o consomés, se especifica para productos más densos, como sopas o el relleno para pizza, para los que es completamente inadecuado. Los efectos de usar un intercambiador de calor incorrecto pueden variar desde inconvenientes (mayores requisitos de limpieza o mantenimiento) hasta desastrosos (fuera de especificaciones o producto inseguro).
La inversión en capital de los equipos a medida no solo es mucho menor de lo que a uno le parecería, sino que los costes adicionales imprevistos asociados con el uso de diseños «estándar» inadecuados a largo plazo pueden ser considerables. Además de un mayor mantenimiento, su rendimiento puede verse afectado, necesitando más tiempo de funcionamiento adicional o energía para lograr el resultado requerido, o su vida operativa puede verse comprometida. En algunos casos, una solución estándar puede funcionar tan mal que la única opción es reemplazarla con una unidad diferente.
Aunque basado en los principios de tubos estándar, cada intercambiador de calor HRS está diseñado para cumplir con los requisitos específicos de transferencia térmica y de manipulación de productos de una instalación: en sí mismo, es un nivel de diseño a medida.
Cada intercambiador de calor HRS está diseñado de acuerdo con una amplia gama de parámetros. Estos incluyen evaluaciones químicas y físicas del producto (y algunas veces del fluido de servicio) para comprender sus características térmicas, caudal, viscosidad, potencial de ensuciamiento y carga biológica, etc. También consideramos la diferencia de calor requerida y las temperaturas operativas del producto y fluido de servicio, así como la caída de presión requerida, los tiempos de tratamiento necesarios (para aplicaciones de pasteurización, por ejemplo) y otros requisitos del proceso. Además de garantizar que el rendimiento del intercambiador de calor sea adecuado para cumplir con su cometido, también investigamos el espacio físico disponible para la instalación y la forma en que el nuevo equipo se conectará a cualquier línea o maquinaria existente.
La cantidad de tiempo y esfuerzo que nuestros ingenieros y delineantes dedican al diseño de cada proyecto significa que cuando se especifica un intercambiador de calor de HRS, está adquiriendo un producto que se adecua a sus necesidades y no uno estándar, beneficiándose de un mayor rendimiento y ahorro de costes.